Familiares y allegados repintaron un mural del joven. Este año no hubo marcha.
La propuesta de este año fue diferente a la de otros. Al cumplirse nueve años de la desaparición de Abel “Pochi” Ortiz su familia no marchó como en aniversarios anteriores, lo recordó repintando el mural que retrata al joven en una plazoleta de Villa Mercedes, acompañada de vecinos con los que compartieron una tarde de mate y sol. A pesar del clima ameno y alegre de la jornada, en sus hermanos y madre aún cala hondo su ausencia. “Hoy (por este sábado) lleva desaparecido nueve años y seguimos esperanzados de saber algún día la verdad. Pero a la certeza de que Abel no se fue por su propia voluntad la tenemos desde siempre, desde el primer día en el que no volvió a nuestro hogar”, comentó Marcela Ortiz.
“Pochi” fue visto por última vez el 16 de septiembre de 2014, cuando tenía 29 años. Salió rumbo al gimnasio y nunca regresó. En 2015, cuando se cumplió el primer aniversario, la artista Vanina Barrionuevo pintó la cara del joven en un espacio verde en la esquina de Almafuerte y General Mulleady, en una pared donada por una vecina que aún acompaña a la familia. Ese mural volvió a cobrar vida gracias a las mismas manos.
“Ella que lo pintó el primer año nos vuelve a acompañar. Se arrimaron varios vecinos, la familia, obviamente, para acompañarnos como siempre en esta lucha para que no se olviden de que Abel aún sigue desaparecido, que Abel no se fue a ninguna parte, que Abel sufrió una desaparición forzada. Es increíble que hayan pasado nueve años, es increíble tener que verlo a nuestro hermano pintado en una pared y a nosotros aún con el grito de pedido de justicia y la esperanza de que se sepa la verdad de lo que le hicieron”, comentaron Marcela y Patricia Ortiz.
La actividad comenzó por la mañana, pero lo central fue a partir de las 16. Hubo números artísticos, un atril con una foto de Abel en la que la gente pudo escribir mensajes y un micrófono en el que allegados y familiares pronunciaron unas palabras en memoria del joven y también de agradecimiento.
“Que la Justicia no se olvide de Abel Ortiz”, versaba uno de los pasacalles colgados entre los juegos de la plazoleta; “Abel Ortiz presente, ahora y siempre”, sostuvo el mural.
El último movimiento significativo de la causa se dio a mediados de marzo de este año, cuando la jueza de Garantías de Villa Mercedes, Antonella Panero Magnano, dictó el sobreseimiento definitivo de la policía Marcela Rodríguez, acusada por formar parte de una asociación ilícita que, entre otros delitos, fue la responsable de la desaparición de “Pochi”.
Los únicos que continúan procesados por formar parte de esa banda son Alejandra Espinosa, la expareja de Ortiz, María Vásquez y el excomisario Marcelo Acevedo, pero solo la primera está tras las rejas y no por el caso del joven, sino acusada por el intento de homicidio de un vecino.
“Rodríguez fue sobreseída, pero nosotros tenemos pleno convencimiento de que ella también participó. Que para la Justicia haya quedado libre de sospechas es otra cosa, pero ella también estuvo involucrada, conocía y se movía con las mismas personas que te nombramos, Espinosa Acevedo y Vásquez, que van a llegar a juicio” por asociación ilícita, sostuvo Marcela. “Hubo otros sospechosos que quedaron en el camino de la investigación. Por nuestra parte, seguimos con asesoramiento de un abogado sin fecha de debate todavía”, agregó.
El Diario de la República