Desarrolla una vacuna con usos para la industria avícola.l proyecto de Uriel Miralles y Jeremías Conrero, de la UTN, quedó entre los tres mejores del certamen.
El estudiante de la Licenciatura en Biotecnología de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Uriel Miralles, junto a su colega Jeremías Conrero, de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Córdoba, dejaron en el podio a la ciencia argentina y su proyecto de vacunas para la industria avícola fue seleccionado entre los tres mejores del Mundial de Biotecnología Grand Jamboree realizado en París, Francia. Si bien no se alzaron con la distinción mayor del evento que concluyó ayer, ganaron en la categoría biomanufactura y software, establecieron contactos y compitieron con las mejores universidades del planeta, lo que ya es un enorme logro en sí mismo.
Uriel y Jeremías habían superado el corte de 15 proyectos seleccionados previo a la competencia por el programa de startups de IGEM, la organización de biología sintética y biotecnología que diagramó el mundial. Los jóvenes científicos fundaron BioSpi, un proyecto que desarrolla una vacuna oral que podría usarse en la industria avícola, de pollos de engorde y ponedoras. La dosis en la que trabajan tiene por fin combatir una enfermedad común en los animales, llamada campilobacteriosis, que genera pérdidas en la producción y a su vez puede transmitirse a humanos, con mortalidad en niños.
Uriel detalló los intensos días de actividad que tuvieron junto a su compañero en tierras francesas. El primer día del evento, el jueves pasado, fue voluntario para pagar el ticket del mundial. El viernes y el sábado estuvo junto a Jeremías en su stand, donde contestaron preguntas de su proyecto, la solución que presentaban y el estadio en el que se encuentra su startup.
“Pudimos contactar con importantes empresas líderes en la biología sintética como Ginkgo Bioworks y SynBioBeta, para poder impulsar nuestro proyecto y generar colaboraciones, como así también otros contactos de Latinoamérica que nos sirvieron mucho. Con los latinoamericanos nos vamos a unir entre todos para potenciar el ecosistema de la biología sintética”, precisó.
El sábado, también hicieron su “pitch” o presentación junto a las otras 14 startups que competían. Mientras que ellos ganaron en la categoría de biomanufactura y software, MaxGenix de la “Johns Hopkins” se quedó con salud y diagnóstico, y Buzz Biolabs, de la Universidad de Stanford, se destacó en alimentación, agricultura y clima.
Un jurado de cinco expertos de la industria anunció el ganador ayer, destacando la propuesta de MaxGenix. “Estábamos súper emocionados y atentos porque habíamos tenido muy buen resultado, muy buenas críticas y parecía que íbamos a ganar, pero bueno, no lo logramos. Sin embargo, “pitcheamos” muy bien, pudimos hablarle al mundo sobre lo que hacemos en nuestro proyecto”, dijo con orgullo el joven investigador.
“Las personas que lideran las startups que salieron seleccionadas con nosotros ya se han recibido, tienen títulos de grado, son de universidades líderes y para nosotros es un orgullo poder quedar a tan buen nivel en el mundo, viniendo de la UTN y de la UNSL. Con un apoyo leve de las instituciones pudimos generar un muy buen resultado”, reflexionó Uriel.
El próximo objetivo de los estudiantes es participar del IB50K, el concurso de planes de negocios de base tecnológica que organiza el Instituto Balseiro, en Bariloche, para el cual también quedaron entre los 10 finalistas. Este se realizará el próximo 23 y 24 de noviembre.
“Hay un modelo de negocio detrás que nos sustenta y que nos da pie para seguir avanzando, y tenemos muy bien identificado el problema. Solo tenemos que generar la prueba de concepto y una vez que la tengamos, salir a levantar la siguiente ronda de capital”, adelantó con entusiasmo el destacado estudiante.
El Diario de la República