El plan para endeudar a San Luis

El mapa de ajuste configura una decisión brutal, fríamente pensada para tomar de rehenes a los trabajadores y beneficiar a unos pocos. El Gobierno dejó sin herramientas de reclamo a los empleados, con recibos de sueldo que omiten datos fundamentales.

La plata está, es la llaga más grande que tienen miles de puntanas y puntanos. En un gesto terco, apático, el Gobierno de Claudio Poggi ejecuta un plan de ajuste que atenta de lleno contra los trabajadores. Pero en el detrás de escena, nada está librado al azar y bastan algunas preguntas básicas para empezar a tejer los hilos de la trama sádica que tiene el único objetivo de bregar por los intereses de unos pocos. 


Para comprender el contexto, es la primera vez en la historia del mercado moderno que la Provincia no hace frente a la principal obligación: pagar los salarios de los empleados. Pero no es que no se les pagó a proveedores, que están acostumbrados a una bicicleta financiera donde el cliente le paga a 90 días. No cumplieron con los empleados públicos, con los docentes, con los policías ni con el personal de salud, entre otros órdenes que hacen al funcionamiento de la estructura estatal, con todo lo que esto acarrea. No hubo ningún tipo de acuerdo, todo fue de manera arbitraria. 

Desde la lógica surge una pregunta clave: si el dinero para hacer frente a las obligaciones está, ¿para qué buscan el endeudamiento?


Si se analiza el decreto de programación financiera, se advierte que los fondos están. Cada inicio de mes, el Estado hace un análisis de los ingresos y los gastos a los que podrá hacer frente; la gestión saliente desarrolló los estudios correspondientes y dejó todo en regla para que se pudiera hacer frente al pago de haberes. No solo hay fondos en pesos y en moneda extranjera, sino que se trata de una canasta financiera con una serie de cuestiones que se pueden usar según las necesidades, como el ejemplo de los bonos que se dispusieron a raíz del pago de la deuda de Nación. 


En medio de este devenir, la gente pensaba que las advertencias por desdoblamiento formaban parte de un show mediático al que está acostumbrado el Gobierno de Poggi mediante sus canales de comunicación, pero finalmente se trató de un hecho pensado, fríamente calculado. 

Recibos de sueldo 
El contexto está caliente, no solo por la brutal medida de recorte en los salarios, ni la bochornosa dilación que se generó en las liquidaciones. La bronca nace a raíz de los recibos de sueldo, que omiten información muy importante. 


Estos documentos apenas reflejan una leyenda que explica que el sueldo se hará efectivo en dos cuotas, pero es un error. Porque si el salario está desdoblado (fuera de todo marco legal y los acuerdos establecidos), se debe hacer una liquidación desdoblada, ya que la salida del dinero se hace conforme a la documentación que lo respalde. 


Lo que se ha dado ahora con los empleados puntanos es que no hay garantía de nada. No se puede saber si se concretaron descuentos, si se abonó la obra social, si se aplicaron deducciones de casos particulares (como cuotas alimentarias, por ejemplo). En definitiva, lo que ha hecho el Gobierno es cubrirse frente a una masiva cantidad de amparos para que paguen el total. Además de no dar el sueldo como corresponde, dejaron sin armas, sin herramientas de reclamo, a los trabajadores.


La noción más recomendable es no firmar el recibo por su totalidad. Con el documento no se puede saber cómo liquidaron, si pagaron el 50% del sueldo neto o una parte por retenciones. El derecho de la gente es conocer todos estos detalles, pero a la inversa, no sabe qué le pagaron y desconoce el monto que le abonarán en 16 días. Mientras tanto, miles de familias no cuentan con los fondos suficientes, en medio de una crisis y una inflación imparables (con obligaciones impostergables). El Estado está incumpliendo el contrato asumido con la administración pública. 

Objetivo empréstito 
Una pregunta retórica deja muchas certezas: si la plata está, ¿para qué quieren tomar el empréstito (DEUDA)? Bastará con indagar posibles entes financieros a instancias de las medidas. Todo conforma un círculo que encaja perfecto. Ya se dejó en claro que la intención incluso es seguir endeudando a la provincia, más allá de que tomen el crédito inicial. Por lo pronto, en medio de denuncias de película, teorías conspirativas y cortinas de humo, la idea que busca instalar el Gobierno de Poggi es que San Luis tiene un Estado debilitado que no puede hacer frente a sus obligaciones. Muestra un Gobierno que da miedo. En una empresa, este escenario tiene sus debidos procesos hasta llegar a la quiebra, pero un Estado no puede quebrar. La ecuación está resuelta, el objetivo es el endeudamiento de San Luis. 


¿Qué espera para más adelante? ¿Es una jugada para ganar tiempo? Vale recordar que el tiempo en dinero se llama interés. Si tiene plazos fijos, ese interés lo hace con el dinero de terceros para después seguir usufructuando como Gobernador; no es más que un acto fraudulento del Estado, con retención innecesaria de recursos. Es reiterativo, pero debe quedar claro: el dinero está. Hasta el 9 de diciembre, la plata estaba. Si es verdad que se esfumó, Poggi debe dar las explicaciones de lo que hizo con esos fondos.

El Diario de la República

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