La decisión del candidato a Presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, de subir el piso a partir del cual se paga el Impuesto a las Ganancias generó fuerte repercusión en el mundo sindical, que celebró la iniciativa con un acto en Plaza de Mayo, en el que el dirigente del oficialismo pidió el respaldo del sector de cara a las próximas elecciones y aseguró que su “Presidencia va a estar marcada por la recuperación del salario”.
“Les quiero pedir, de todo corazón, pensando en el país, en el futuro, en el trabajo y en aquellos que no lo tienen, en la industria nacional, en la universidad pública, que hagamos todo el esfuerzo posible para construir el 22 de octubre el triunfo de los trabajadores, del peronismo, del futuro. Depende de ustedes, o volvemos al 2015 o caminamos hacia el futuro. Yo estoy comprometido, no solo con la voz, voy a dejar hasta mi última gota de sangre y transpiración para dejarles a los trabajadores un país en el que valga la pena vivir”, exclamó el actual ministro de Economía, disfónico.
Ante cientos de manifestantes de distintas organizaciones sindicales que se movilizaron hasta el Palacio de Hacienda para celebrar la medida, Massa cuestionó la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) contraída durante la gestión de Cambiemos, pero reconoció que su “responsabilidad es hacer, no solamente hablar”.
Durante su discurso, el candidato sostuvo que es necesario “terminar con esta locura del médico que no quiere hacer una guardia más porque la pierde en Ganancias, o del docente que cuando tiene un tercer o cuarto trabajo, también es alcanzado por el impuesto”.
Organizaciones sindicales se movilizaron al Palacio de Hacienda para apoyar el proyecto (Luciano Gonzalez)
“Pero alguno podría decir ‘bueno, ministro, usted presenta esta ley, pero rige a partir del 1 enero del año que viene, a lo mejor usted es presidente, a lo mejor no’, pero en realidad lo que estamos tratando es de marcar el sendero claro de que mi Presidencia va a estar marcada por la recuperación del salario y del ingreso en la Argentina”, señaló.
En este sentido, Massa agregó que ha “tomado, además, la decisión de que, por decreto, el piso del mínimo no imponible del impuesto sea, desde el 1 octubre próximo, de 1.770.000 de pesos”.
“Para que se entienda bien: en la Argentina solo van a quedar 80 mil gerentes, directores de empresas, jubilaciones de privilegio o beneficiarios por ser directores de compañías de altos ingresos, pagando el impuesto a las Ganancias. Los trabajadores, sus horas extras, sus viáticos, no pagan más”, precisó.
Sobre el final del acto, el funcionario les pidió a “a los trabajadores, por un lado, que cuidemos nuestra economía y que si tienen que ahorrar, que se compren un autito, algún bien producido en la Argentina, pero no vayan a comprar dólares”.
Máximo Kirchner en el acto encabezado por Sergio Massa
“Y lo segundo, con un enorme respeto, quiero decirles que en los próximos 45 días se juega el futuro de la Argentina, lo que se juega es si somos un país que defiende la educación pública, el trabajo, la industria nacional, su soberanía y su moneda, o si somos un país en el que sus trabajadores pierden sus derechos”, cerró.
Más temprano, dentro del edificio del Ministerio, el funcionario nacional se reunió desde las 18:00 con los principales referentes de la central obrera, liderada por Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, y de la CTA kirchnerista, conducida por Hugo Yasky, además de miembros de su cartera y de otras áreas del Estado.
Del encuentro participaron, además de Daer, Acuña, Moyano y Yasky, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos; Sergio Palazzo, de la Asociación Bancaria; Guillermo Moser, de Luz y Fuerza; Juan Pablo Brey, del gremio de aeronavegantes, y referentes de los sindicatos petroleros y de la Alimentación, entre otros.
Como anticipó Infobae, el objetivo del Gobierno es que ningún trabajador que pague este impuesto, salvo los CEO, directores de empresas y otros cargos altos del sector empleador. Así, se busca que nuevo mínimo no imponible para el tributo sea 1 millón de pesos (brutos) lo generará una mejora en el sueldo de bolsillo de hasta casi 28% para los beneficiarios de los cambios.
Según se anticipó, la idea es que el nuevo mínimo no imponible para el tributo sea mayor a los 1,5 millones de pesos brutos (es decir, sin descuentos) lo generará una mejora en el sueldo de bolsillo de hasta casi 28 por ciento para los beneficiarios de los cambios.
Esta medida, que se espera entre en vigor a partir del 1° de enero de 2024, tendría un impacto significativo en trabajadores y jubilados, aumentando su ingreso neto. Antes de ser enviada al Congreso, la iniciativa se presentará formalmente a las autoridades gremiales, quienes ya han expresado su apoyo preliminar.
La presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, entrando al Ministerio de Economía para la reunión con los dirigentes gremiales (Luciano González)
“En apoyo a esta decisión que da respuesta a un viejo reclamo de las organizaciones gremiales, llamamos a todos los sindicatos a movilizarse este lunes a las 18 horas a las puertas del Ministerio de Economía. La Confederación General del Trabajo estará presente respaldando la eliminación del mal llamado Impuesto a las Ganancias, una medida que, sin dudas, significaría una mejora importante para trabajadores y trabajadoras”, expresó la CGT en un comunicado, poco después de que se conociera la noticia.
Si finalmente estos cambios se implementan, el salario neto de los trabajadores experimentaría un aumento significativo. Por ejemplo, un salario bruto de 800.000 pesos pasaría a un neto de 667.998 pesos, un incremento del 21 por ciento. Estos cambios se traducirían en mejoras sustanciales en el ingreso de bolsillo, que varían entre el 21,4% y el 27,6%, dependiendo del nivel salarial.
La reforma se produce en un contexto donde ya se han realizado ajustes al Impuesto a las Ganancias. Actualmente, están exentos de pagarlo los salarios de hasta poco más de 700,000 pesos. Con los incrementos salariales previstos para diciembre de 2023, la proyección es de 890,000 pesos con retenciones del impuesto. Este cambio representa una modificación sustancial en la estructura tributaria y podría afectar al 7% de los trabajadores en relación de dependencia.